miércoles, 18 de noviembre de 2009

desinencia-5

Desinencia femenina

La depresión, ¿un simple resfriado?

Por Alejandra Martínez Mendoza

El pasado cuatro del noviembre, fue sonado el caso de Leopoldo Hernández de 34 años edad, que se quitó la vida tras arrojarse a las vías del transporte colectivo del metro en el Distrito federal. En esta semana que está por terminar se suicidó el portero de la selección alemana, Robert Enke, de 32 años. Exjugador del Barcelona y actual del Hannover 96. Fue arrollado por un tren luego de lanzarse a las vías
Pero ¿a qué viene el hecho de que yo retome este tema? Bueno, pues por el que uno de los motivos principales por el que una persona atenta contra su propia vida, es la depresión. La depresión es aquella enfermedad caracterizada por la falta de ánimo en la vida misma y que afecta principalmente a la autoestima.
Ésta influye en el hecho de que no tengas ganas ni de pararte de la cama, de ver a nadie, de hacer nada. Poco a poco, te aísla de la sociedad, de las personas que quieres, se adueña de tu vida y llegas a sentirte completamente sólo.
En una nota publicada por el periódico la Jornada en Febrero del 2005, por Angel Cruz, menciona que en México “De 12 a 20 por ciento de la población de 18 a 65 años de edad -más de 10 millones de individuos- están deprimidos o sufrirán algún episodio de este tipo en algún momento de su vida, según estadísticas oficiales de la Secretaría de Salud (SSA)”
La depresión podría decirse que es una enfermedad silenciosa, pues la sociedad no está abierta a verla, a veces ni la persona que la sufren tienen conocimiento de ella. También es llamado “el resfriado común”, pues esta no distingue sexo, clase social, edad, nacionalidad…
Sin embargo, la mujer es dos veces más predispuesta a sufrir depresión que el hombre, esto se debe, a que la mujer tiene en su vida un mayor proceso de cambios biológicos,- desde el hecho de la regla, el embarazo y la menopausia- que generan cambios radicales en su humor, que el hombre, expuesto a la presión que la sociedad puede generar en él; en un año se llegan a presentar 5.8% de casos en hombre y un 9.5% en mujeres.
El mundo actual en el que vivimos, nos llena nuestro ser de estrés, miedo, inseguridad, violencia, sentimientos que parecieran en cierto grado estar “controlados” pero que en realidad son sentimientos acumulados, que muchas veces explotan con la muerte de algún ser querido, un despido o hasta una simple enfermedad, estas situaciones llegan a vencer tanto a la persona que ya no puede seguir con su ritmo de vida.
“No me gusta cómo me siento. No veo cómo continuar. No quiero hacer nada de esto. Estoy tan deprimido” (www.depresion.com.mx)
No es bueno ver, como el ser que nosotros amamos, queremos, estimamos, se encuentra en un estado de profunda depresión, mucho menos queremos ver cómo este mismo decide acabar con su propia vida.
En México “sobresale el incremento en el número de las muertes auto provocadas. Prácticamente se duplicaron en una década, al pasar de mil 405 en 1990 a dos mil 736 en 2000. En 2003 la cifra se elevó todavía más para ubicarse en tres mil 327 casos, señala información del Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI).”
Por ello es importante que estemos siempre al tanto de las personas que nos rodean, conocerlas para poder así notar si existe un cambio de humor “anormal” en ellos y poder ayudarlos a tiempo: caída del ánimo, pérdida de energía e interés, sensación de enfermedad física o debilitamiento, baja concentración, apetito y sueño alterados, y disminución de las funciones físicas y mentales, son tan solo algunos de los síntomas que podríamos percatar en una persona con depresión.
Sin contar que ésta enfermedad conlleva pérdidas económicas increíbles al país como la pérdida más importante que es la de una ser querido en nuestra familia o grupos de amigos.
Para poder salir de la depresión, el paciente debe estar dispuesto a dejarse ayudar, pues el sólo no puede. Necesita tomar antidepresivos y a la vez un tratamiento psicoterapéutico, cuyo objetivo es hacerle ver al enfermo que esta depresión le conlleva problemas en su vida habitual y que está acabando con él, de tal manera que motiva a la persona a salir de ella y reincorporarse poco a poco a su vida.
La vida es lo más valioso que tenemos, no dejemos que una enfermedad pase desapercibida por nosotros y que nos lleve a arriesgarla. Si te siente triste, estresado, ansioso, culpable o desesperado, acude con tu doctor para que éste pueda a ayudar a superar cualquier problema, y no caigas en una depresión.

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