viernes, 23 de octubre de 2009

Contraste-1

Problemáticas de adaptación
Por Brenda Torres Guerrero
Querido lector:

Una gran disculpa por mi ausencia en las últimas columnas de Contraste Alterno, debes saber que gracias a nuestra alma máter, me encuentro de movilidad en Calgary, Canadá, y no es por presumir pero esto sí que es una gran experiencia. Hace apenas un mes que me encuentro acá y ya me doy cuenta de las tantas diferencias que existen entre dos países tan relativamente cercanos geográficamente, pero un tanto lejanos en modos de vida y desarrollo.
Para empezar en esta ocasión hablaré de las significativas diferencias entre ¡la comida! Es cierto lo que dicen que cuando un mexicano sale de su país, además de la familia, es lo que más se extraña, y especialmente porque aquí la comida es muy cara. Comenzando por se carece de los elementos indispensables de la comida mexicana como la tortilla, los frijoles, etc. etc. sí los hay, pero no son para nada lo mismo. En algun momento al degustarlos, se puede encontrar un pequeña similitud en el sabor pero por lo demás, para nada, sin contar que se trata de un lujo comer una lata de frijoles guisados por 60 pesos, ¡todo un lujo! Quizá no sea tan relevante en este momento que hable de mis odiseas por la comida en Calgary, cuando existen muchas más cosas interesantes que decir, pero cuando de adaptación se trata en una nueva cultura en otro país, la comida juega un papel muy importante.
Es además curioso ver como en diversos sitios tratan de imitar la comida mexicana, con éxito para los que no la conocen, pero un tanto decepcionante para quienes vivimos allá. Y cuando de picante se trata, es chistoso ver como los extranjeros consideran súper picoso, algo que apenas llega a lo enchilosito en nuestro hermoso lugar de origen.
Otra cosa también importante es el clima, diferencia bastante amplia entre los 30 y tantos grados de calor de Colima y los 17 grados de frío (para mí) en Calgary. Es tan curioso que cuando la temperatura asciende a los máximo 23 grados, que sigue siendo un tanto fresco para quienes no estamos acostumbrados, las chicas sacan los bikinis y se recuestan al sol, y los chicos buscan alguna actividad deportiva al aire libre para disfrutar del clima, que para ellos es caluroso; ajá, ¿quieren calor? ¡vayan a Colima! Y mientras tanto mis compañeros mexicanos y yo, nos paseamos por la calle como osos de peluche por las varias capas de ropa para usar, que ahora es ropa delgada, pero esperemos un mes más...
Algo también importante para considerar es el idioma, he de confesar que me considero capaz de dominar el idioma inglés en lo posible, sin embargo no es lo mismo hablar inglés en México que en donde se es idioma oficial. Al principio cuesta trabajo entenderlo y más hablarlo, hacerlo parte de uno mismo y evitar el uso del español mientras se pueda. Pero la vida diaria, las clases, los amigos, todo ayuda y mi intensión ahora es volver a México dominando español e inglés.
Por ahora estos son los tres elementos que considero más importante en el proceso de adaptación: comida, clima e idioma, ya lo demás juega papeles secundarios. Por lo demás próximamente seguiré contando de mis aventuras en el país norteamericano y alguno que otro análisis de las distintas realidades entre México y Canadá. Y mientras tanto no dejo de extrañar a mi familia, mis amigos y compañeros, y mi país. Es cierto que no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes, y que con la lejanía el patriotismo aumenta, no me canso de decirles a los canadienses y extranjeros que visiten México, que es un lugar hermoso, que me siento orgullosa de él; si no me crees, deberías ver la bandera de México pegada en mi recámara...

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